viernes, 11 de diciembre de 2015

Leyenda Calle Matasiete

Calle Matasiete


Según figura en la placa de la calle, el nombre de Matasiete se debe a una leyenda leonesa del siglo XIV: “El infante Don Juan Manuel conspira contra Alfonso XI. Gil de Villasinta y Juan de Velasco traen un mensaje del rey para Don Gutierre. Esperan la noche en la taberna del tío Joroba, donde se reúnen los partidarios del infante. Hay una pelea con varios muertos, entre ellos Juan de Velasco.”
La leyenda ampliada cuenta que allá por el año 1330 dos caballeros llegaron a León trayendo un mensaje secreto del Rey Alfonso XI para Don Gutierre, y después de toda una jornada de camino decidieron parar a cenar en una taberna que había en la Cal de Escuderos.

Allí fueron atendidos por la hija del mesonero, que ante los requiebros que le lanzó uno de los caballeros se retiró de forma precipitada tropezando con una cazuela que cayó al suelo.

Los parroquianos que se encontraban allí, con el alboroto, creyeron que los caballeros habían pretendido abusar de la joven, por lo que se originó en la taberna una discusión que comenzó con intercambio de insultos y acabó en la calle con las espadas en la mano.
En ese momento llegaron los alguaciles a la taberna, por lo que huyeron todos menos los forasteros.
Como el Alguacil Mayor pretendió detenerles, se inició una nueva pelea entre unos y otros. La situación se puso fea y los dos caballeros huyeron metiéndose por la calle objeto de la leyenda, parándose allí a decidir quien se quedaba haciendo frente a los alguaciles y quien le llevaba el mensaje del rey a Don Gutierre.

Pero como se entretuvieron con esta decisión, cuando quisieron darse cuenta venían ya los alguaciles por las dos entradas de la calle, comenzándose de nuevo la pelea, resultado de la que uno de los caballeros cayó al momento. Pero el otro siguió peleando y consiguió matar a siete de los alguaciles escapando después y entregando por fin el mensaje a su destinatario.
Otras versiones menos creíbles de la leyenda nos cuentan que el nombre se debe a los siete muertos habidos como consecuencia de la competencia de las familias Castro y Lara por los amores de Doña Leonor de Guzmán (favorita de Alfonso XI con el que tuvo 10 hijos).
Al día de hoy esta calle suele ser tranquila según a qué hora se pase por ella y lo único que queda que pueda recordar algo a aquellas épocas de capa y espada es una hornacina vacía y desangelada, que algún día alojó al Cristo de Matasiete al calor de una lamparilla de aceite. (He oído que huyó de la hornacina harto de dejadeces y abandonos, y cuentan que en las noches de luna llena se le puede ver en compañía del tío Joroba y de los siete finiquitados tomándose unos vinos por la zona y recordando viejos tiempos ...)

http://elleoncurioso.blogspot.com.es/2008/11/calle-matasiete.html

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